La odontología restauradora o conservadora es una especialidad de la odontología que se enfoca en restaurar la función y estética de los dientes dañados o perdidos con el objetivo de devolver la salud bucal y la sonrisa a los pacientes.
Principalmente esta rama de la odontología incluye los siguientes tratamientos: obturaciones (o empastes), incrustaciones, coronas y puentes.
Es un procedimiento dental en el que se rellena y sella una cavidad o caries en un diente. Para ellos se utiliza un material llamado composite o resina compuesta que nos permite restaurar la forma y función del diente afectado. Este tratamiento ayuda a prevenir la progresión de la caries y a restaurar la salud bucal del paciente.
Se trata de una pieza fabricada a medida que se coloca en la cavidad del diente para restaurar su forma y función. Para ellos tomamos un molde o impresión del diente que ha sido tallado previamente. Las incrustaciones pueden estar hechas de cerámica o composite y suelen ser una opción duradera para restaurar dientes con grandes caries y endodonciados.
Una corona es una pieza fabricada a medida que recubre el diente totalmente. Nos permite restaurar la forma, función y apariencia de un diente que está muy debilitado, por lo que no podemos hacer una incrustación. Pueden ser de cerámica, metal-cerámica y zirconio. Un puente son varias coronas unidas que van colocadas sobre dientes sanos y sustituyen algún diente perdido.
Las principales ventajas de los tratamientos de odontología restauradora son las siguientes:
Permiten restaurar la función de dientes que han sido dañados por caries o que han sufrido algún traumatismo.
Permiten restaurar la estética de dientes que han sido dañados por caries o que han sufrido algún traumatismo.
Noelia acudió a la Clínica Dental Segura-Mori & Álvarez tras sufrir un accidente grave de bicicleta, que le provocó la pérdida y la fractura de varios dientes. Para recuperar la salud, funcionalidad y estética de su boca, nuestros doctores planificaron y ejecutaron un tratamiento integral que combinó distintas áreas de la Odontología: Ortodoncia, Microcirugía Periodontal, Endodoncia, Implantología y Estética. Dicho tratamiento integral se basó en la reconstrucción de los dientes rotos y la extracción de las piezas dentales gravemente fracturadas que no tenían solución. Posteriormente, nuestros dentistas planificaron una ortodoncia invisible con alineadores Invisalign, injertos de hueso y encía y la colocación de implantes. Por último, rehabilitaron la boca con coronas de cerámica.
La doctora Gemma Galván se licenció en Odontología en la Universidad de Salamanca. Tras su graduación, se trasladó a Madrid, donde comenzó su trayectoria profesional como odontóloga y cursó un posgrado de Endodoncia Avanzada a distancia, en la Universidad de Sevilla, donde descubrió su verdadera vocación por el campo de la endodoncia.
Por esta razón, un año después decidió comenzar el Máster de Endodoncia y Odontología Restauradora en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. En esta misma institución la doctora Galván ejerció, años más tarde, como docente del máster que ella misma cursó. Paralelamente, la doctora Gemma Galván ha compaginado su trayectoria profesional con diferentes voluntariados dentales en países como Nicaragua, Senegal o República Dominicana.
Nos permite preservar los dientes durante más tiempo y evitar su extracción
El precio de los tratamientos de odontología restauradora varía en función del tipo de procedimiento y de su complejidad. En general, oscilan desde los 60 euros de una obturación mínima a los 350 euros de una incrustación.
Es una enfermedad infecciosa producida por bacterias que afecta a la estructura dental. Estas bacterias producen ácidos que destruyen progresivamente el tejido dentario.
Si no la tratamos se puede producir dolor, infección o incluso la pérdida del diente.
Inicialmente las caries no dan síntomas, por lo que es importante su detección precoz acudiendo a las revisiones con el odontólogo. En estadios más avanzados pueden dar sensibilidad o incluso dolor. Si el diente se infecta, se puede formar un absceso o bolsa de pus que puede causar dolor, inflamación de la cara y fiebre.
Sí, extremando las medidas de higiene. Es muy importante el cepillado y el uso de seda dental y una pasta con flúor varias veces al día.